jueves, 18 de octubre de 2012

LA SOLEDAD DEL PUERPERIO

Mi amiga Amaya, feliz mamá presente (y futura!) y yo hablábamos el otro dia del puerperio… (puerperio, vaya palabro… para los profanos en el tema diré que puerperio es el periodo de 40 dias siguiente al parto… y la mujer que vive, o, mas bien, sufre, el puerperio, es la puérpera).

Amaya, como mujer que espera (y desespera) por segunda vez, me decía que el dichoso puerperio es lo que le daba mas miedo de tener que volver a pasar… y… qué quereis que os diga… tiene toda la razón. Yo siento lo mismo.

Una vez pasado el parto, las hormonas hacen su labor… y casi, casi (casi) te olvidas de él. Lo que viene después es tan, tan jodido, que llegas a desear parir una y mil veces con tal de que el dichoso infierno, digo, puerperio, termine de una vez…

Otro día hablaré mas a fondo del parto de Olivia, pero como una no llega al puerperio sin haber pasado por ello, resumiendo, he de decir que, si me preguntas ahora, te diré que tuve un parto estupendo. Eso si, si rebobinas la película 5 meses y medio atrás, me verás con cara de agotada, toda sudorosa, mirando a elpadredelacriatura y diciéndole (o mas bien, gritándole) –la próxima vez va a parir tu (piiiiiiiiiiiiii) madre- (y que me perdone mi suegra, que la pobre no tiene la culpa de nada). Y tengo a la Dra. Medina de testigo.

¿Que qué ha pasado por en medio para que cambie tanto la peli? Pues nada mas, y nada menos, que la señora Oxitocina (todopoderosa ella) y el puerperio.

Cuando estás con tu bombo… te cagas de pensar en el parto. Pero cagarte literal. Ahora bien… la naturaleza, tan sabia ella, hace que acabes tan hasta los (piiiiiiiiii) de tu barriga, de tus deformes tobillos, de los dichosos pantalones con cintura elastica, y del balanceo a lo Fraga que haces al andar… y, como por arte de magia, de un dia para otro el parto pasa de ser algo que no quieres ni ver, a desearlo con todas tus fuerzas. Quiero parir. Y lo quiero ya.

Así que pares, y, de golpe y porrazo, de ser una embarazada para ser una puérpera.

Y en ese mismo momento… (o igual no en ese, pero en los dias siguientes seguro) te das de golpe y de frente con la cruda realidad. Muy muy cruda.

Nada es como te lo habías imaginado, y nada es como habías leido. La imagen de ti misma, monisima, enfundada en un camisón blanco, con tu dulce bebé mamando, y una sonrisa de oreja a oreja mientras recibes a las visitas, está mas alejada de la realidad que la historia de Ricky Martin, el perro y la nocilla.

Para empezar, el camisón no es blanco, es azul. Y si te levantas de la cama con él, se te ve el culo porque está todo abierto por detrás. Si, por detrás, cosa incomprensible, porque, al menos que yo sepa, las tetas no las tenemos en la espalda. Asi que imaginaros tener que dar la teta con eso… misión imposible. Aprovecho desde aquí a hacer un llamamiento a los que llevan el tema del camisoneo de los hospis… que, por favor, creo que no les costaría mucho hacer unos camisones cerraditos por el culete y abiertitos por el escote para las señoras recién paridas. Porque mucho promover la lactancia materna en los hospitales, y luego la primera piedra nos la ponen allí mismo con el camisoncito de marras.

Pues eso, camisón que es el anticamisón, sonrisa que no es sonrisa, dulce bebé que no es tan dulce (o nada dulce de hecho) y tu, que lo único que tienes de mona es el pelo que no te ha dado tiempo a depilarte.

Y, si como yo, a tu bebé le ha dado por querer venir al mundo en plena madrugada, las ojeras que tienes ya no se te van a volver a quitar. Jamás.

Ahí estás tu, intentando que tu bebe, que no para de llorar, se agarre a la teta. Y no se agarra. Y si se agarra te duele. Y si te duele lo quitas. Y si lo quitas, llora. Y vuelta a empezar. El teléfono no para de sonar. Elpadredelacriatura intenta atenderlo como puede. Empieza a llegar gente. Abuelos, padres, tíos, primos. El teléfono sigue sonando. Todo el mundo quiere coger al bebé. No paran de mirarte para ver si lo sueltas y se lo dejas de una vez. Tu estás zombi. La gente habla y ni te enteras de lo que dicen. Llevas casi 24 horas sin dormir, y no puedes mas. Tienes las uñas negras de sangre, el anticamisón manchado, el pelo enmarañado, dolor hasta en el higadillo, y unas ganas de llorar que no puedes con ellas. Y lo de llorar no es precisamente de emoción, noooo… quieres llorar de agotamiento, de angustia, de estrés, de quiéncoñomemandariametermeenesto, de pena, de rabia… y de no sentir por tu bebé nada mas que ganas de que se duerma y te deje en paz un rato.

Ese es el panorama de la puérpera… y lo peor, es que no mejora. Llega la noche, e intentas dormir. Ahora que se ha ido todo el mundo, igual puedo… pero tu bebé, estresado de haber pasado de estar calentito en la barriga de mamá, a oscuras, sin hambre ni frío, a ir de brazo en brazo como si fuese un trofeo… empieza a llorar. Y mira tu por dónde, ahora si que no hay ni una de las visitas que durante el día estaban deseando que se despertase. Ahora te lo comes tu. Debe tener hambre, no ha mamado nada. Te levantas el anticamisón manchado (que por supuesto no has tenido tiempo de cambiarte por los camisones monisimos que habías traido en la maletita… y que ahí es donde se van a quedar) y te lo intentas enganchar por no se cuánta vez. Y no se engancha. Y sigue llorando. Y entonces, empiezas a llorar tu. Sin parar. El agotamiento puede contigo y empiezas a soltar todo. Elpadredelacriatura te mira sin saber muy bien qué hacer, te abraza pero no consigue consolarte. Le pides que por favor llame a algún enfermero. Y lo llama.

Llega el enfermero (digo enfermero, porque en mi caso, fue un santo varón enfermero el que aguantó estoicamente mi llanto durante dos horas, a mi lado y sin moverse aquella primera noche. Un monumento para él), y le dices que tu bebé no come, que no ha comido nada, que se va a morir de hambre, que no sabes si tienes leche, que no sabes si tienes nada, y que como esto siga así al final la que se va a morir vas a ser tu…

Te intenta ayudar, pero el bebé se ha vuelto a dormir (sin comer otra vez). Te dice que esperes a que se despierte y lo vuelvas a intentar. Y que aprovechéis tu y elpadredelacriatura para dormir un poco también. Se va y os volvéis a quedar solos los tres. El bebé en su cuna, elpadredelacriatura en su sofá y tu en la cama. Cierras los ojos, a ver si de una vez consigues dormir… y escuchas a tu bebé respirar. Hace ruido. Parece que se ahoga. Te levantas. Lo miras. Compruebas que está vivo. Te vuelves a acostar. Vuelve a hacer ruido. Te vuelves a levantar… y así una y otra vez… hasta que amanece. Otro día sin dormir, y ya van dos.

Te levantas, vas al baño y te miras al espejo. Casi te caes del susto. Empiezas a llorar otra vez.

Llega el día de irse a casa, y nada mejora. El bebé sigue sin agarrarse, y a ti no te sirven los vaqueros que te llevaste para salir del hospital. Otra cosa que se queda en la maleta. Vuelves a la cintura elastica.

Piensas que en casa, en tu territorio, todo irá mejor. Te encierras en la habitación y piensas que de ahí no sales hasta que ésta que está aquí se ponga a mamar. Y lo consigues. Si. Pero a costa de unas grietas que se abren y empiezan a sangrar. Y duelen. Duelen mucho. Duelen tanto que en ese momento recuerdas el parto como algo dulce y placentero. Bendito parto piensas.

Y tu bebé le coge el gusto a eso de comer, y come. Vaya si come. Come cada media hora. Cada 15 minutos. Cada 5. Ya no sabes distinguir cuándo empieza una toma y termina otra. ¿Pero los bebés no dormian mucho? ¿No comian cada tres horas? Ja. Toma realidad.

Y las grietas no paran de sangrar. Y las visitas no paran de llegar. Y empiezas a odiarlas. Empiezas a odiar a todo el mundo. Odias hasta a tu bebé. Solo deseas que se duerma, que te deje tranquila un rato, que deje que tus grietas se cierren, que te deje dormir aunque sea media hora, media hora joder…. y empiezas a pensar que vaya mierda de madre eres, que no quieres a tu hijo. Y entonces empiezas a odiarte a ti también.

Ves a elpadredelacriatura, cómo mira embelesado a su bebé… cómo lo coge, lo besa, le habla bajito. Cómo le mira las manos y los pies. Cómo le hace fotos. Cómo lo disfruta. Cómo lo quiere. Cómo se alegra cada vez que abre los ojos. Y cómo deseas tu que los vuelva a cerrar…

Ves desfilar a tus amigas por casa, monísimas ellas. Sin cansancio. Sin ojeras. Sin una barriga colgona. Oliendo bien. Y digo oliendo bien porque tu llevas 3 dias sin poder ducharte. Y quién dice 3, dice 4 o 5… se marchan, cierras la puerta, y te pones a llorar. ¿Que por qué lloras? Pues porque tienes envidia. Envidia de su vida. De su libertad. De salir de esa jodida casa en la que llevas no se cuántos días encerrada. Y entonces, el bebé vuelve a llorar.

Y ahí estás tu. Sentada en un sofá. A las 3 de la mañana. Dando de mamar a tu bebé. Lleva mamando desde las 7 de la tarde, y todavía no ha parado. Toda la casa está en silencio. Y es ahí, en ese instante, cuando te sientes sola. Mas sola que nunca. Mas sola de lo que te has sentido en toda tu vida. Como decía Amaya, sientes como si te hubiesen abandonado con un bebé en los brazos. Ala, ahí te las apañes.

La soledad de la puérpera. Una soledad cruda, triste, y difícil. Muy difícil. Nada es como te habías imaginado. Miras a tu bebé, y ni siquiera lo reconoces como tuyo. No sientes ese amor desmedido del que te habían hablado. Solo sientes soledad, tristeza y ganas de huir. Y que eres la peor madre del mundo. Y que vaya mala suerte que ha tenido tu bebé con que le hayas tocado como madre.

…………………………

Todo esto que cuento ahí arriba es la historia de mi puerperio. Pero podría ser la historia del puerperio de cualquier reciente mamá. El puerperio es una etapa oscura (como la de la Inquisición) de la que poco o nada te cuentan. Nadie habla de ello, y eso, francamente, nos hace un flaco favor.

El cóctel hormonal y la revolución de sentimientos que vivimos después de parir, dejan su huella. Y nadie se acuerda de ello. Ni siquiera tu misma. Sientes que te has vuelto loca, no te reconoces… y todos a tu alrededor, a veces, te tratan como tal.

Y es cierto que ya no eres la misma persona. Nunca vas a volver a ser la misma. Parir ha dejado una huella en ti que no se borrará jamás. El antes y el después. Ahora eres madre. Tienes un hijo. Y no podemos pretender que eso se asuma de la noche a la mañana. Requiere un periodo de adaptación, de aprendizaje. Requiere que mamá y el bebé pasen mucho tiempo juntos. A solas. Que se conozcan y se reconozcan. Que se huelan, que se escuchen. Y el resto de la gente, si quiere ayudar, que se dedique a la casa. La comida, la limpieza. El bebé solo necesita a su madre, no le hace falta nada ni nadie mas. Calor y teta es lo único que necesita para sobrevivir. Así de simple. Pero a veces nos gusta complicarlo…

Empecé a saber, a sentir, que quería a Olivia cuando elpadredelacriatura volvió a trabajar. Ahí estábamos ella y yo, solas. Sobrevivir o morir. Amamantarla, tenerla en brazos, dormirla, cambiarla, llorar con ella… empezar a conocerla y que ella me conociese a mi. Saber cómo le gusta que la cojan, inventar palabras que solo ella y yo conociamos… hacerle sonreir por primera vez. Era imposible que no me conquistase. Solo era cuestión de tiempo.

Cuando miro a mi hija, siento un amor por ella que nunca jamás había sentido. Si no eres madre o padre es difícil de explicar, y de entender. Solo quiero que sea feliz. Hacerla feliz. Ayudarle a ser feliz. Daría mi vida por ella, una y mil veces. No me imagino un mundo sin ella, y a veces pienso cómo pude haber vivido todo este tiempo sin tenerla a mi lado.

Porque Olivia no es como me había imaginado… Es mucho mejor. Y solo puedo agradecerle que me eligiese como madre, porque ella es el mejor regalo que me han hecho. Ella me ha convertido en mamá. Y ser mamá me ha convertido en una persona mejor.

Pero todo esto lo siento ahora. Lo sé ahora. En aquel entonces, en aquel mes de mierda en el que lloraba todos los dias sin parar, en el que me sentía agotada fisica y mentalmente… si en ese mes me hubiesen dicho que iba a llegar hasta aquí, y que me iba a sentir así, no me lo hubiese creído.

Cuando estás embarazada, te ve el médico a todas horas, tienes clases de preparación al parto, todo el mundo te habla y te cuenta, te atiende y te escucha… eres el centro de atención. Cuando has parido… con suerte vas a ver a tu matrona a los 10 dias a que te revise los bajos fondos… y se acabó. Ya eres una mujer normal, así que no necesitas nada.

Creo que sería recomendable, por no decir necesario, que, al igual que las clases preparto, hubiese unas clases postparto. Grupos formados por madres que acaban de parir que se reuniesen al menos una vez a la semana, que se contasen sus experiencias, que llorasen juntas, que viesen que no son un bicho raro, que lo normal es lo que están pasando, y lo raro es la sonrisa profident, el tipazo sin barriga, la comidita caliente en la mesa, y el bebé dormidito en su cuna. Que alguien les abrazase, y les dijese que las entiende, que lloren si quieren, que llorar alivia. Y que no se asusten por los pensamientos que acechan su cabeza. Que no son unas madres horribles por pensar esas cosas… son madres normales. Bueno, normales no. Son las mejores madres que sus hijos podrían tener.

Así que desde este, mi humilde blog, le digo a las puérperas que todo esto pasará y que van a querer y quieren a su bebé. Que escuchen a su cuerpo y se guien por su instinto. Que se conviertan en mamíferas y se olviden de convenciones sociales o culturales. Que cojan a su bebe en brazos, que se metan en la cama con él, que lo huelan y se empapen de esa nueva vida. Que lloren todo lo que tengan que llorar. Y que no hagan nada mas, y nada menos, que dedicarse a su nuevo papel de madres. La casa, la comida, las visitas, pueden esperar. Que sepan que todo, todo, lo que sienten, todo, es normal. Y que pidan ayuda si lo necesitan. Que hablen, que se desahoguen. Que no sientan vergüenza por estar tristes cuando se supone que debian estar radiantes de felicidad. Las radiantes son las que salen en las revistas, con photoshop. Las mujeres de verdad tenemos celulitis, y lloramos en el puerperio. Y punto.

Y le digo a las parejas, amigos, amigas, familiares de las puérperas que la madre necesita asumir su papel de madre, y que el bebé no necesita nada más que pasar tiempo con su mamá. Darle a la puérpera un abrazo, escucharla sin juzgarla, ni darle consejos. Hacerle la comida, lavarle la ropa, limpiarle la casa. Mimarla mucho. Mimarla mas. Y, aunque sea difícil entenderla, aunque no pare de gritar, aunque se pase el día malhumorada… quererla. Quererla mas que nunca.

Quiéreme cuando menos me lo merezca, porque será cuando mas lo necesite, ¿no?
Pues eso.



22 comentarios:

  1. La verdad es que cuando me lo contabas flipaba (no porque te viese como una loca, sino por lo mal y angustiada que se te veía). Siempre he imaginado que era un horror el principio, pero veo que es peor de lo que me imaginaba. Me alegro que al final pudieras salir de ahí, porque algunas, tampoco lo superan!
    La verdad es que ahora mismo, creo que me ha entrado más miedo aún del que tenía, no se si empezar a arrepentirme ahora.
    Un abrazo

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    1. No Ángela! No tengas miedo de verdad. Lo que pretendía con esto es que sepas que si te sientes así, es normal, y se pasa. Si a mi me lo hubiesen dicho, me habría sentido igual mejor no, pero al menos más tranquila. Es una historia triste con un final muy muy feliz, así que merece la pena, y yo, sin dudarlo, volvería a pasar por ello una y mil veces para conseguir lo que tengo ahora. Sólo hay que tener paciencia, guiarte por tu instinto, dejar que las cosas fluyan y no ir en su contra, y disfrutar de las cosas buenas (que las hay). Y dejarle claro a la gente que es lo que quieres y lo que necesitas. Sólo tienes que pensar en ti y en tu bebe. Pero en fin... esta es sólo mi historia, no tiene por que ser ni mucho menos la tuya. Puerperios o no, va a empezar el viaje más increíble de tu vida, y, antes o después, te va a encantar :)

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  2. Jajaja, no mujer, que lo digo de coña, con lo que me ha costado como para arrepentirme de nada! Cada una lo vive de una forma, yo de momento solo he notado un notable incremento de mi mal humor (que ya es decir) ;)

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  3. Yo nunca me sentí sola, la verdad. Quizá porque me he sentido sola en muchos momentos de mi vida y desde que tengo hijos y ahora que estoy embarazada nunca me siento sola. Pero conozco varias mamás que han pasado por o que tú y es duro sentirse así. Compartir es importante.

    Me gustaría ponerme en contacto contigo pero no encuentro tu mail, podías decírmelo?
    construyendounafamilia@gmail.com
    Besitos

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  4. Suu, yo no tengo claro si el sentimiento de soledad del puerperio era real o no... quiero decir... yo estaba acompañada, elpadredelacriatura me apoyaba, me ayudaba y hacia esfuerzos por entenderme, pero era dificil supongo... en fin, que sea real o no da igual, cuando una se siente asi, es como si lo fuese, asi que...
    Es verdad que yo ahora me siento mas acompañada que en toda mi vida, gracias a Olivia. Y me encanta formar parte de mi propia, y nueva, familia, la que nosotros tres hemos creado. Pero en aquel entonces... no lo sentia asi... creo (y lo digo muy bajito para que nadie me oiga) que ser madre me vino grande... me desbordó.
    Pero ahora sé que es lo mejor que he hecho nunca, y soy mucho mas feliz que antes. Llegar a casa después de trabajar y que tu bebe te sonria al verte... no hay nada como eso, verdad?
    Ya te he mandado un mail!
    Muchas gracias por escribir :)

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  5. Me he emocionado un montón leyendo tu post.En mi puerperio es verdad que no me sentí tan mal, sobre todo porque no quise visitas en el hospital y eso lo hizo más fácil. Los días eran muy bonitos, miraba al bebé embelesada y me lo comía a besos, lo llevaba de paseo, le cantaba... pero he pasado algunas noches verdaderamente horrorosas, en algunas me han dado ataques de frustración que parecía mister Hyde. Noches que no es que fueran muchas pero me harté de llorar, de decir lo mala madre que era por no saber calmar al pobre e incluso de decirle a mi marido, ese santo, que me quitase al niño de la vista. Para luego comérmelo a besos otra vez, una auténtica locura, el que no lo ha experimentado no se lo imagina.
    Y también me siento identificada en esa sensación de que no hay amor más grande, de que tu vida solamente ahora cobra su verdadero sentido, de pensar que el resto de tus días los quieres dedicar a llenar los suyos de risas y de momentos felices.
    Gracias por compartir tus sentimientos y hacernos sentir a todas que somos un poco menos raras de lo que en momentos nos sentimos. Será un placer volver por aquí a visitarte.

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    1. Gracias caminoconpatucosdeganchillo. A mi me pasaba igual, las noches eran horribles y temía que llegasen...
      Pero todo pasa, verdad? y al final te quedas con lo bueno :)
      Muchas gracias a ti por leerme y pararte a comentar.

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  6. Mi pueperio, la verdad no fue tan duro pero sí que conozco a gente que lo ha pasado muy mal. Lo que más cansado y desesperante para mi fueron las interminables visitas tanto en el hospital como en casa (sobretodo de familiares), se agradecen pero que se sienten en el sofá dejando pasar las horas o que en el hospital haya unas 20 personas en la habitación y no se mueven de allí por nada del mundo......precisamente no te ayudan al contrario.
    Llegué a plantearme que si vuelvo a ser madre, no sé si avisaría hasta que no esté en casa.....

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    1. Mama Blog, lo de las visitas en el hospital es así. Yo también lo pasé realmente mal. La gente viene por hacer bien, lo sé... pero no lo hacen. Yo para el siguiente he aprendido muchas cosas ;)
      Muchas gracias por leerme!

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  7. Es alucinante...es como si yo misma hubiera descrito mi puerperio,tuve exactamente los mismos sentimentos durante el el mismo; despues de un embarazo estupendo y un parto del que apenas me enteré, fue una fase horrible que no deseo a nadie, pero que creo que forma parte de todo lo que conlleva la maternidad, y que al igual que el momento duro del parto, pasados unos meses forman parte de esa amnesia que te provoca mirar a tu bebe.

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    1. Muchas gracias 30 y todo... si, supongo que todo tiene su por qué, y que ese puerperio me sirvió para cosas buenas... en mi caso es cierto la amnesia del parto (qué cosas la naturaleza) pero la del puerperio no... ese lo tengo grabadito en la cabeza, y cuando me acuerdo de lo mal que lo pasé, se me escapa hasta una lagrimilla.
      Pero Olivia merece tanto la pena, que volvería a pasar por él una y mil veces para tenerla :)
      Gracias de nuevo por leerme!

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  8. Gracias, gracias y gracias por poner palabras a mis sentimientos,ahora mi bebé ya tiene 4 meses y todo va mejor, pero no sabes lo identificada que me siento, me alivia saber que más mujeres se han sentido como yo y estoy totalmente de acuerdo contigo en lo de las clases postparto.

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    1. Gracias a ti Olalla, por leerme, y por hacerme sentir que no soy la única, y que gracias a "haber salido del armario" (o del puerperio) se que no soy la única "loca"...
      Un beso :)

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  9. Simplemente gracias me sentí totalmente identificada con vos. Gracias por sacarme una sonrisa en este periodo tan difícil llamado puerperio myri

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  10. Excelente este post! Tambíen me sentí muy identificada, mi bebé ya esta próximo a cumplir un añito y soy sumamente feliz. Pero aún recuerdo claramente nuestros primeros días juntos, donde me sentía en la dimensión desconocida... y también odié la visitas en la clínica y en la casa.

    Te invito a seguirme en mi blog: http://pattyrodr.blogspot.com

    Yo ya te sigo ;)

    Saludos

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  11. Me ha encantado!!
    Yo estoy ahora en situación de puerpera malhumorada que llora por los rincones y se siente más sola que la una con una bebé llorona que no suelta la teta... :D y me ha alegrado saber que no soy la única y que todo pasa.
    Tienes razón en que todo el mundo habla del embarazo y el parto pero NADIE habla del puerperio, es como un tema tabú y poco favor nos hace a las mujeres ya que nos sentimso bichos raros cuando es lo normal sentirse así. y tienes razón que el parto por muy duro que sea se olvida rápido (yo tengo serías lagunas y no han pasado ni seis semanas) pero del puerperio te acuerdas!! y mira que yo quiero más hijos pero qué pereza pasar por el puerperio!!!
    Me quedo por tu blog! un besote!

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  12. Gracias por compartir tu historia, yo estoy así, jamás me había sentido tan sola y limitada. Tengo ayuda de mi novio y de mi madre (santa madre que me escucha) pero paso la mayor parte del día con mi bebé, y la verdad es que da miedo, si estoy haciendo bien las cosas, si llora, si no se duerme, los trasnoches larguísimos que paso sola, si es que doy leche suficiente, la sed, los nervios y mis propios pensamientos, realmente es una soledad terrible, falta compañía y alguien que escuche.

    Nadie dice algo sobre en puerperio y todos esperan que uno descubra el maravilloso sentimiento de la maternidad tras la cesárea de urgencias a las 3 de la mañana en mi caso. Me cuesta tener buen ánimo, pero por mi pequeño tengo que seguir.

    Gracias nuevamente, saludos

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  13. Leer esto me hace sentirme mejor... pareciera que te hubieses metido en mi y estuvieses describiendo exactamente lo que siento y mi expericencia... con la diferencia de que yo eh tenido que lidiar con que mi marido no tiene trabajo, y a raiz de eso y otras cosas hemos tenido bastantes problemas.. inclusive lo heche de la casa por dos semanas con el bebe de 7 dias de nacido... por que descubri q me habia mentido deliberadamente y ademas que estoy totalmente sola... ya que me mude hace poco a fuerteventura para dar a luz a mi bebe... tengo amigos/conocidos.. pero nadie con quien realmente pueda contar...

    Ahora, lo que me esta pasando es muy loco... por que en cierto modo el estar sola, y tener que hacer todo, limpiar, cocinar hacer la compra, pasear a mi perrita, etc.. es un reto.... que logro cumplir todos los dias, y la mayoria de ellos me siento super orgullosa de mi misma... me siento una super mujer, pero a veces tengo dias en los que decaigo... me siento fatal, quisiera alguien que me cuidara... q e ayudara... pero lo peor viene despues... que entonces me siento como una estupida por quejarme y por llorar, por que hay muchas personas en el mundo que estan peor que yo... y que logran hacer todo lo que yo hago y mas... y me siento como una persona debil de caracter... y me odio a mi misma... y no soporto quejarme... entonces cuando me le quejo a alguien despues me odio a mi misma... es horrible...no se que pasa?? no se si exagero con mi actitud... no se si me estoy aguantando demasiado.... no se... ayudenme...

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    1. Eres muy valiente y lo estás haciendo muy bien. Es normal que a veces sientas que no puedes más. Espero que la situación haya mejorado. Un fuerte abrazo y ánimos, que puedes con todo!

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  14. Gracias por ponerme delante de un espejo :) busco informacion en internet porque no me animo a hablarlo con nadie ya que en mi caso, he deseado ser madre desde niña. Lo deseaba tanto y todos los que me conocen lo supieron siempre. Decirles ahora que no soy la madre que ven en las propagandas y en tapas de revistas realmente me da verguenza. He logrado conectar con un grupo de madres y recomiendo a todas que lo hagan, que hablen con otras madres, que hagan algo por ellas, algo "egoista" como tomar una clase de danza o lo que quieran al menos una vez a la semana. Desahoga. Y a la vez no ver a bebe por un rato luego te hace valorarlo, vuelves a la realidad. Lo que veo que me esta costando, y he aqui el asunto, es reemplazar la idea que yo tenia sobre la maternidad, por la realidad sobre la maternidad. Y me cuesta entregarme a este niño voraz que quiere todo de mi: mi tiempo, mi sueño, mi cuerpo, mi energia, gran parte de mi vida. Me cuesta entender que ya nunca voy a ser la misma. Me obliga a vivir el dia a dia, a vivir el presente. Hay dias malos y dias buenos. Es una oportunidad gigante para crecer.
    Me gustaria que alguna o algunas de ustedes me escriban, estar en contacto entre mujeres es sanador. Tambien les recomiendo que formen su propio circulo de mujeres, eso ayuda. caraduraenbicicleta@gmail.com
    Gracias de nuevo :)

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  15. Acabo de leer tu experiencia y aunque ya pasarón varios años, tu relato me ha tocado el alma, ahora te puedo imaginar feliz, mas sabia y con una niña hermosa. No tienes una remota idea de lo mucho que me han ayudado tus palabras, estoy en ese punto en el que quiero salir huyendo y leerte me ha dado las fuerzas necesarias para seguir. De corazón gracias, quien quiera que seas y dónde quiera que estés.

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  16. He reido y llorado con este relato... ni yo lo hubiera podido describir mejor.... att. Una madre en pleno puerperio!

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