miércoles, 24 de julio de 2013

Un dia cualquiera...



Le conocí una noche como otra cualquiera. Una de tantas en las que una se arregla a conciencia, y sale a darlo todo en la pista de baile... no vaya a ser que el principito de turno ande ese día y a esa hora esperandonos en la barra del bar, con un gin tonic Premium en la mano.

Adelantándome al final de esta historia… he de decir que mi principe no apareció esa noche. Ni esa ni ninguna… creo que, o alguna lista por ahí se ha quedado con dos, o los Disney nos la han vuelto a colar, como siempre.

Pero quien si apareció fue un plebeyo, madrileño y opositor para mas señas, moreno, y de estilizada figura, que prefería el DYC a la Hendriks, y hacía gala de todo su romanticismo piropeandome con frases como tienes manos de oficinista… un derroche de galantería en toda regla…

Aun asi, no sabemos bien por qué, decidí seguirle el rollo y ver si, aunque no fuese a un palacio, me sacaba por lo menos a dar una vuelta por el centro y me contaba dónde quedaba ese sitio llamado Alcorcón, que al final, como Teruel, existir existe...

Y fue ahí mismo, una noche como otra cualquiera, donde una oficinista sin callos en las manos, y un opositor sin un gramo de grasa, decidieron quedar a tomar unas cañas… y, lo que es la vida, hasta donde hemos llegado…

Para alguien como yo, que siempre había creido en el romanticismo de rosas rojas y cenas en restaurantes románticos, con velitas encendidas… estar con alguien como tu no ha sido nada fácil…

No me traes flores jamás, me dices que me quieres una vez al año (que no hace daño), y tu concepto de cena romántica es en el sofá de nuestra casa, con una pizza de por medio, y un partido del Madrid de fondo…

Pero madrugas un domingo si, y otro también, para bajar a comprarme churros con chocolate, te has convertido en un maestro de la tempura, te levantas todos los dias despacito y sin hacer ruido para no despertarme, me dices siempre que soy la guapa de la fiesta, en todas las fiestas… y aquella madrugada lluviosa, de hace poco mas de un año, agarraste fuerte mi mano y no la soltaste hasta que Olivia apareció en nuestra vida, para hacer crecer el tamaño de nuestras ojeras en la misma proporción que el de nuestra felicidad...

Tu y yo sabemos que hoy no es el dia mas importante de nuestra vida… y que el optimismo y los planes a largo plazo no son mi punto fuerte… asi que, aunque estemos aquí, no puedo ni quiero jurarte amor eterno, ni que seremos felices para siempre… y, francamente, prefiero cambiar las perdices por un buen solomillo…

Pero ahora que casi nadie nos oye, te confesaré que a veces, por la noche, cuando cierro los ojos, le lanzo un órdago al destino y a las estadísticas, e imagino una escena que me hace sonreir… y somos tu y yo, en un minúsculo pisito del centro, invitando a nuestros nietos a una paella de domingo.

Te quiero.


El pasado 8 de junio, elpadredelacriatura y yo abandonamos nuestra feliz soltería, dejamos de ser pareja de hecho, y pasamos a serlo de derecho... Estos son los votos que le escribí y leí en una ceremonia corta, pero intensa, sin alianzas en los dedos, ni si-es quiero, pero con mucha, mucha emoción... con nuestra querida (y echada de menos) Plaza Mayor de escenario, y mucha de la gente que nos quiere, y a la que queremos, de testigos... y una celebración posterior, íntima y muy familiar, sin barras libres, ni bailes hasta el amanecer... pero con mucho, mucho amor, rodeados de nuestros padres, hermanos y sobrinos, y una protagonista indiscutible, Olivia, la verdadera, y única razón de todo esto...


P.D: os he echado mucho de menos amigas de la blogosfera... pero estos meses han sido bastante estresantes y la vida no me ha dado mas de si... lo siento. Sé que me he perdido miles de cosas, cumpleaños de algunos ciber amigos de Olivia incluidos, pero espero que me perdoneis, y poder ponerme al dia pronto...